Fue implementada una tecnología con sensores de presión, para una detección más eficiente de fugas que no son visibles o son subterráneas.
La detección a tiempo de fugas no visibles, permite recuperar caudales importantes de agua y mejorar la presión en la red, pues cuando se repara una fuga se pueden recuperar hasta 60 litros de agua por hora.
Al mejorar los procesos de recuperación de caudales con nuevas tecnologías, se ahorran tiempo y sobre todo desperdicio de agua, ya que en fugas y tomas clandestinas se pierde entre el 30 y el 50 por ciento de la cantidad del líquido que se inyecta a la red,
En una primera etapa de trabajo, la cuadrilla inspecciona el lugar para checar humedad, diagnosticar socavones o hundimientos y localizar la fuga que generalmente corre hacia el drenaje lo que invariablemente se debe evitar, enseguida se hace la recuperación del agua con la sustitución de tubo y material adecuado.
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